Se expone con detalle los tipos de argumentos (justificativos y refutativos) y las falacias más comunes, entendidas como argumentos engañosos por no cumplir con algunos de los requisitos para su aceptación.
- Argumentos de justificación:
- Por indicio: requiere decidir si el indicio, síntoma o marca distintiva se correlaciona en forma unívoca con la conclusión (si es típica).
- Por causa-efecto: requiere decidir si existe o no una conexión más o menos comprobable o verosímil entre el efecto y la causa, o si se ha dejado de examinar alguna otra opción importante que también puede postularse como causa.
- Por comparación: se debe mostrar que los elementos propuestos como semejantes lo son efectivamente en sus rasgos principales, esenciales al debate o que se puede establecer una relación idéntica entre las situaciones o categorías.
- Por definición: es necesario que la definición haya sido establecida a priori, independientemente del caso “en cuestión”. Es decir, no debe ser una definición “a medida” de lo que se quiere probar.
- Por cita de autoridad: la persona tiene que ser una autoridad en el tema en cuestión, reconocida como disciplina legítima. Depende, entonces, del criterio del interlocutor para aceptar o no tal legitimidad, validando el razonamiento sin objeciones o señalándolo como falaz.
- Por relación medio-fin: un acto es presentado como medio para alcanzar un fin determinado, requiere mostrar que el curso de acción recomendado es un modo de alcanzar la meta (y que es el mejor).
- Por generalización: consiste en afirmar algo general a partir de un conjunto de casos particulares que se constituyen en ejemplos. El número de casos debe ser suficiente, y esto depende del tamaño del conjunto acerca del cual se generaliza.
- Por el ejemplo: proporciona un caso concreto, particular, del concepto que se está exponiendo. Si el ejemplo tiene un peso cualitativo muy grande puede funcionar como modélico, y entonces no exige reunir más casos que conduzcan hacia la conclusión.
IMPORTANTE
Para evaluar la argumentación, el lector crítico debe:
– Reconstruir la Ley de Pasaje (que frecuentemente no está explícita).
– Reflexionar si está de acuerdo o no con lo afirmado por dicha Ley.
– Corroborar si el Dato junto a la Ley de Pasaje justifican adecuadamente la Conclusión, según los criterios correspondientes.
- Argumentos de refutación. Voces en contrapunto: Las técnicas más habituales de refutación son las siguientes:
- Ejemplo en contrario: se menciona un contraejemplo que invalida la argumentación
- Retorsión (autofagia): con los mismos elementos que el adversario le ofrece, su oponente llega a una conclusión diferente
- Desmitificación: consiste en señalar que “detrás” del discurso del adversario hay motivos ocultos que no pueden confesarse porque son oscuros, mezquinos o interesados.
- Metástasis (tu quoque): consiste en rechazar una acusación devolviéndola (rebotándosela) al adversario.
- Desplazamiento del problema: consiste en cambiar el eje de la discusión, incorporando datos nuevos a la controversia, no contemplados en el tema que se venía discutiendo.
- La desmentida: consiste en negar la tesis opuesta, afirmando que es falsa. Estrictamente hablando no es una técnica argumentativa, sólo representa el rechazo de la Tesis
- La objeción: se niega algún aspecto de la Tesis contraria, aportando uno o varios argumentos que lo justifican.
- La refutación propiamente dicha: consiste en rechazar total, y no sólo parcialmente, la Tesis contraria, proponiendo otra Tesis en su lugar.
- La concesión: se concede que parte de la Tesis contraria es verdadera, pero se reafirma a continuación la propia, con otro/s argumentos/s.
- ARGUMENTOS “tramposos” (falacias): Las falacias son argumentos inadecuados que no han cumplido con los criterios de evaluación correspondientes.
- Argumentación ad hominem (contra el hombre): Se niega la verdad de una conclusión mediante el recurso de des–autorizar a quien lo dice: o bien porque esa persona ha cometido una falta moral o bien por algún aspecto de su circunstancia: religión, sexo, filiación política, etc.
- Falacia de apelación a la (falsa) autoridad (ad verecundiam): Un argumento se constituye en falacia de apelación a la autoridad: a) cuando dicha autoridad no tiene incumbencia en el tema en cuestión; b) cuando la disciplina que representa no está legitimada.
- Falacia de apelación a la fuerza (ad baculum): La situación en este tipo de falacias es similar a la apelación a la autoridad, dado que la fuerza o el poder es una forma de imponer autoridad. Sin embargo, esta autoridad no se basa en un conocimiento sino en la fuerza o el poder del interlocutor.
- Falacia de apelación al pueblo (ad populum): Consiste en tomar la opinión de la mayoría como índice de la verdad de una proposición. Este tipo de argumento es común en la promoción de libros, películas y otros productos culturales o de consumo.
- Falacia ad misericordiam: Se favorece una posición no por la fortaleza de los datos y las afirmaciones que ofrece sino por el sentimiento de piedad que despiertan la debilidad, la desventaja, el límite, el esfuerzo, etc. del hablante.
Referencia bibliográfica: Muñoz, Nora; Musci, Mónica. (2013). Manual de Lectura y Escritura argumentativas: Aproximaciones teóricas y actividades prácticas. Argentina: Universidad Nacional de la Patagonia Austral.
Le hacen falta ejemplos de cada tipo de argumento, para que sea más fácil entender en que caso usarlos. Sin embargo, contiene información clara a la hora de definir los términos aqui expuestos.
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